domingo, 27 de octubre de 2013

A veces me pregunto si no habrá alguien que se haya dado cuenta de como soy y piense cosas sobre mí como '¿Sabes qué creo? Que no está acostumbrada a que la digan halagos.'

En realidad, estamos rotos.

Rotos. Partidos. Hechos añicos. 'Cortados'.
Cuando algo se rompe, o se pierde, o simplemente, 'se destruye' es medianamente posible arreglarlo, intentar que vuelva a ser como antes. Pero; en cambio, los sentimientos, los pensamientos, los recuerdos no se arreglan.
Es como un papel al que quieres cortar, lo cual es medianamente fácil pero ay pobre de tí como te despistes y cortes de más porque; si haces esto, ese papel no volverá a ser como antes. Intentar olvidar sería como el celo, la única forma de arreglar este estropicio. Sí, se podrá arreglar pero nunca más será como era antes.

sábado, 26 de octubre de 2013

`Después de romper las ventanas...´

''Tal vez, ¿has pensado en renunciar?




"Yo aún no." 

'¿La verdad?'

"Haces que suene como si fuera tan fácil... ¿Quieres saber la verdad? pues bueno, ¡BOOM! Aquí está. Es como un gran plato de espaguetis que está enredado. ¿Alguna vez haz desenredado espaguetis?" PLL

martes, 1 de octubre de 2013

"Lo mismo es que ya no hay nada que decir."

'Si me queréis, buscadme.' (O mejor no me busquéis. Es difícil encontrarme. Ni yo misma lo he hecho.)'

De esas que lloran más que hablan.

¿La típica chica que ríe más que habla? No. Estoy segura de que no soy de ese tipo. Yo soy más bien 'abstracta', que ni ella misma se aclara, ni siquiera en sus propios gustos. Tarda en elegir cuando es necesario hacerlo. Y prefiero llorar antes que sonreír. ¿Veis? Eso sí, sí que soy de ese tipo de chicas que llora más que habla.

El problema viene cuando empiezas a no saber diferenciar entre llorar de alegría y llorar de tristeza. Cuando no sabes donde acaba el agua de ducha y donde empiezan tus lágrimas. Cuando se me juntan estos dos factores; es cuando me doy cuenta de que simplemente, en vez de ahogarme en un vaso de agua, me ahogo entre lágrimas. 

Pesimista o llorica, todo sus variantes valen para describirme. Vivo rodeada de tristeza, pero no una tristeza que venga de fuera; sino que la tristeza está dentro de mí. Y sí, lloro más que hablo. Y en cada pestañeo entre lágrima y lágrima intento escapar de este mundo pero no puedo. No se puede. Me doy cuenta de que no, no todo es tan fácil como cerrar los ojos y dejarse llevar.