domingo, 27 de noviembre de 2016

Me da pena.



Me da pena. Me da pena que después de 4 años tenga que despegar este post-it de mi armario y tirarlo a la basura. Me da pena. Pero ¿sabéis? Esto es lo que menos pena me da de todo y, de forma metafórica, lo que más me duele. Porque sí, tiro este post-it, pero con ello tiro sueños, tiro ilusiones, tiro planes, tiro mensajes compartidos, tiro muchas de las mejores vivencias de mi vida, tiro sueños hechos realidad, tiro casi una vida.

Me da pena terminar con algo que a significado tanto para alguien, y tan poco para otros. Me da pena acabar con algo de forma tan simple y a la vez tan dolorosa. Me da pena que algo que pensaba que duraría un mes, se haya esfumado en eso, en cuestión de un mes. Me da pena obligarme a no sentir todo aquello que sentía, todo aquello que sentíamos (o, a veces, al parecer, decíamos sentir). Me da pena que ya no puedas copiar aquellos actos bonitos que yo hacía y que, en su momento, hacías solo por corresponderme. Me da pena que mucha gente nos tuviera envidia por "nuestra larga relación" cuando al final hemos acabado de estas maneras.

Me da pena dejar en el olvido todos aquellos recreos juntos, todas aquellas tardes en tu casa (ya fuese porque estabas malo o porque era "lo que mejor venía"), todas aquellos días de película; fuera en el cine o en casa, todas las comidas y cenas juntos aunque fuesen lo más caseras posibles, todos los cumpleaños celebrados, todas las noches en las que hacíamos skype porque no podíamos quedar, todos los polvos (sí, ¿por qué no?). 

Me da pena todo lo que podríamos haber seguido siendo y lo que ya no seremos nunca más.


Me da pena. Me da mucha pena. Pero como tú mismo has dicho, "hasta otra".

No hay comentarios:

Publicar un comentario