Yo creo que no es tan malo estar mal. Yo creo que incluso a veces está bien. (Moderadamente, claro. Y yo no modero, y así pasa. Y debería hacerlo, pero no aprendo. Pero dejemos de hablar de mí.)
Si cuando estamos felices (se supone que) no nos critican, ¿por qué hacerlo cuando estamos triste? Ambos son sentimientos; contradictorios, pero sentimientos al fin y al cabo. ¡RACISTAS DE SENTIMIENTOS!
No sé, eh. Tampoco soy (ni seré) psicóloga. Pero pienso yo que no estaría nada mal poner un poco en práctica eso de
«Si estamos felices, bien. Y si no pues también.»