domingo, 28 de julio de 2013

'Y si no lo llamas magia, dime como se llama esto...'

Preocuparse una y mil veces por las personas que quieres acaban haciéndote daño, pequeñas cicatrices en la conciencia si algo no sale bien. Ver mal a los demás es un momento crítico en el que; muchas veces, no sabemos como actuar y acabamos sintiéndonos mal por no saber sacar de ese apuro.
Que alguien se sienta tan mal para que se quiera largar de este mundo es lo más doloroso. Y entonces; aunque no sé muy bien como ayudar, una bombilla se enciende dentro de mí y chas; magia. Me encuentro con que mi pasado es igual que el suyo.
Piensas que al igual que tú hiciste, los demás también tienen que luchar por ellos mismos, por salvarse y que esa lucha al final tendrá sus frutos. Recuerdo que sé como duele esto y que en los que me rodean incluso me duele más. Piensas en que por muy pequeña que parezcas eres grande, y has vivido más que estas personas a las que quiero ayudar. Es entónces cuando suena bien eso de 'Y si nos rendimos ahora, ¿que nos queda? Solo los restos de quienes eramos al principio, SOLO.'
Lo malo es aguantar. Aguantar verdades, aguantar para no buscarte enemigos, o simplemente; aguantarte cuando quieres llorar porque sí, al final explotas y puedes llegar a sentirte bien, pero no en el momento adecuado.
[...]

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